Siempre que me preguntan: “¿Quién eres?” Es bien difícil contestar y recurro a mis seres queridos para que me apoyen a responder, en este caso quisiera que entre lo que me han dicho y lo que he vivido yo, aquí pueda darte un breve recorrido de lo que soy.

Arelí es y siempre ha sido la niña súper espontánea, risueña y positiva. Desde muy pequeña a todo le veía la opción del sí, cómo es que sí se podría lograr, qué era lo que podía cambiar para llegar a hacer x cosa o proyecto. Era la niña que cantaba a todo pulmón y bailaba con el cabello suelto en su cuarto sin importar que la viera alguien.

Con el paso del tiempo, la sociedad, la vida, las vivencias, relaciones y otros factores, fueron encasillando a mi niña así de linda, en un lugar oscuro del “deberías de ser” y fue cuando más abandoné la esencia que me hace quien verdaderamente soy. Te confesaré que no me arrepiento ni poquito de haber pasado por eso porque si no, no estaría aquí escribiendo esto o compartiendo tanto de lo que sucedió en aquella etapa.

Uno debe de, muchas veces, tocar fondo para así, subir hasta la superficie y darse cuenta de que nada está perdido cuando vas hundiéndote en el mar infinito de posibilidades.

Soy humana, mujer, persona. No me considero extraña ni ajena, sólo yo, a mi manera. Por esa misma razón me equivoqué en toma de decisiones, en acciones para mí y mi alrededor, caí muchísimas veces y muchas otras decidí quedarme en el suelo durante bastante tiempo, pero hoy, aquí estoy, compartiéndote un pedazo de lo que soy.

Soy feliz, soy fuerte, soy resiliente y muy alegre. Soy eterna aprendiz de este transcurso de tiempo que llamamos vida, la cual, me encantaría compartir contigo en diferentes espacios donde podamos coincidir. ¿Te veo por aquí?

Ahora que yo te he escrito quién soy, escríbeme quien eres tú.